Introducción
Como consecuencia del desarrollo científico técnico, las conquistas sociales que han tenido lugar en las últimas décadas, el descenso continuado de la fecundidad y el aumento de la esperanza de vida Hoy, desafortunadamente, el envejecimiento se percibe más como una carga que como una conquista social y a pesar del avance científico-técnico alcanzado en el campo de las Ciencias Médicas y los esfuerzos de las políticas sanitarias para mejorar las condiciones de salud y bienestar de la población, aún subsisten condiciones que generan fenómenos negativos, como la violencia y sus diferentes manifestaciones, de la cual los ancianos y ancianas no están exentos. A medida que el número de senescentes crece, aumenta proporcionalmente el potencial de ser víctima de la violencia y actualmente la violencia constituye una de las afectaciones más severas que ha venido azotando a la Humanidad. Los datos recogidos por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y otras institucione